lunes, 8 de marzo de 2010

sycos en construccion


Las mafias se disputan obras de construcción

Lunes 8 de Marzo del 2010

Como en los tiempos del "boom" de la droga en Colombia cuando aparecieron los cárteles de Medellín y Cali que se disputaban a sangre y fuego la supremacía del ilegal negocio, hoy el apogeo de las construcciones en el país ha originado la formación de poderosos grupos armados que, escudándose en gremios sindicales, están enfrentados a muerte por el control de las obras.

Asesinatos, atentados, amenazas de muerte, sicarios armados hasta los dientes, seguimientos y chantajes a empresarios son algunos de los cotidianos ingredientes en esta guerra que se han declarado estas organizaciones con la finalidad de quedarse con la mejor tajada de la millonaria torta de las edificaciones.

De acuerdo con la versión de empresarios, policías, trabajadores y dirigentes sindicales, los asesinatos y extorsiones corren por cuenta de sujetos vinculados a Augusto Ramos Dolmos "Cholo Dolmos" y a Carlos Roncagliolo Gutiérrez "Colchón".

Ramos Dolmos y su organización pertenecieron a la comunista Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y luego a la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP), pero renunciaron. En tanto, Roncagliolo tiene actualmente el apoyo de la CTP, de filiación aprista.

Aunque las cifras no son oficiales, tanto la policía como los sectores en pugna coinciden en señalar que en solo dos años —entre el 2008 y el 2010— ya suman alrededor de 50 personas asesinadas debido a los violentos enfrentamientos.

Los muertos pertenecen al grupo del "Cholo Dolmos" o al de "Colchón", quienes tienen mucha influencia en las obras del cono norte de Lima, donde a punta de amenazas obligan a los empresarios a contratar a sus seguidores.

Roncagliolo tiene un razonamiento bastante simplista sobre los asesinatos: dice que, al no existir muertos por el lado de la federación vinculada a la CGTP, entonces son los seguidores o sicarios contratados por Mario Huamán y Ramos Dolmos los que matan a su gente.

"Cholo Dolmos" sostiene que los autores son delincuentes vinculados a "Colchón", entre los que destacan "Piki", "Mara-Mara" y "Salvatore". "Ya han matado a varios dirigentes de mi federación", puntualizó.

Luis Villanueva Carbajal, secretario de organización de la federación de la CGTP, asegura que esa situación demuestra que su representada nada tiene que ver con los hechos de violencia. "Se están matando entre ellos [se refiere a las facciones de "Colchón" y "Cholo Dolmos"] por puestos de trabajo y por la repartición de dinero mal habido", señaló.

Según empresarios de la construcción, al enfrentamiento entre estos dos bandos se suman los chantajes y asesinatos de delincuentes dirigidos desde la prisión por el "Cholo Jacinto", la "Chola Delia" y por una mujer vinculada al ex policía y secuestrador "La Gata".

El asunto es preocupante y ha desbordado el control de las autoridades a tal punto que el Ministerio del Interior se ha visto obligado a organizar un grupo especial policial para investigar y tratar de controlar estos hechos delictivos.

Hoy existe la División de Protección de Obras Civiles (Diproc), que ha empezado a desarrollar un trabajo efectivo, pero, como ocurre con casi todas las unidades policiales, le faltan logística y dinero. La Cámara Peruana de la Construcción (Capeco) ha prometido darle el mayor apoyo posible, pues esa agremiación empresarial es la más interesada en que se pacifique el sector.

VARIOS CULPABLES
¿Pero cuál es en realidad el problema? Según lo investigado, este asunto tiene varias aristas.

En principio, la responsabilidad recae en las organizaciones sindicales, que recurren a sujetos al margen de la ley. También tiene responsabilidad el partido de gobierno por apoyar a gremios cuestionados. No quedan exonerados de culpa algunos malos empresarios por apañar a delincuentes que fungen de elementos de seguridad. Y, además, el Ministerio del Interior por no actuar con la firmeza que el caso requiere.

El problema se inició en el 2005 cuando un grupo de sindicalistas de construcción civil, bajo la batuta de Ramos Dolmos y Roncagliolo, decidió dejar la CGTP y buscar cobijo en la CTP, el brazo sindical del Apra. El argumento fue que en la CGTP había dictadura sindical.

La central aprista, huérfana hasta entonces de bases en construcción civil, acogió con entusiasmo a los disidentes y a sus seguidores.

En el 2007 el Ministerio de Trabajo recibió la inscripción del denominado Sindicato de Trabajadores de Construcción Civil de Lima Norte y Conos, cuyo secretario general era Carlos Roncagliolo y Augusto Ramos Dolmos su secretario de defensa. El primero tiene antecedentes penales, aunque dice que lo confundieron con su hermano; y el segundo fue detenido en varias oportunidades y estuvo preso por un delito del que, según afirma, fue absuelto.

En el 2009 Roncagliolo y Ramos se acusaron de malos manejos económicos, actividades extrasindicales y otros delitos y terminaron por expulsarse mutuamente. Cada cual decidió irse con gente y formar una federación. La organización de Roncagliolo sigue afiliada a la CTP, mientras que la de Ramos renunció a esa central y acusó a Elías Grijalba, su secretario general, de ser un dictador.

EL DATO
Unas "joyitas"
El 15 de febrero se detuvo a 7 trabajadores de construcción civil frente al nuevo hospital del niño en San Borja. Dos estaban requisitoriados.

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