sábado, 5 de marzo de 2011

Cuidado con la paja en el ojo ajeno

en nuestro grupo Loreto tambien ha habido entusistas animadores y promotores de Leonard  Horowitz uno de los mas destacados productores de teorias conspirativas y seudocientificas del mundo.
 

Universidades de la vergüenza. ¿Estudias en una de ellas?
Feb. 26 , 2011 (Blog de Eduardo Unda-Sanzana, en el diario La Tercera, de Chile)
183 Comments
A comienzos de febrero vimos a la Universidad del Mar involucrada en la invitación pública a un show de Salfate en Viña del Mar. Puede ver el logo de la universidad aquí, al pie del póster del evento. Seguramente usted ya sabe que Juan Andrés Salfate es un activo promotor de pseudociencias y falacias anticientíficas en los medios de comunicación chilenos, por lo que inicialmente pensé que esto no sería más que un desliz comunicacional. Muchas veces ocurre que quienes organizan esta clase de actividades arriendan un auditorio universitario sin declarar en detalle el propósito (por ejemplo dicen que están organizando un "evento cultural") y luego, cuando ya tienen firmado el contrato de arriendo, aparecen en los medios de comunicación mencionando insistentemente el nombre de la universidad en cuestión, como manera de darle validación y peso a la convocatoria. Esto es una maniobra efectiva pues cuando algo ocurre "en la universidad" o es apoyado "por la universidad" (así, a secas), el ciudadano promedio se imagina que es algo confiable. Me imaginé que algo de ese estilo había pasado, pero me llamó la atención que la actividad no ocurría en un auditorio universitario sino en un teatro externo. ¿Cómo había llegado ese logo ahí entonces? En cualquier caso esperaba con interés la reacción de las autoridades de la Universidad del Mar, pues sería un precedente importante ver a una institución académica demandando a Salfate por abusar de su imagen y queriendo limpiar públicamente su nombre para que no se la asociara con propósitos tan contrarios a la misión universitaria de generar y transmitir conocimiento. Sin embargo la historia tomó un giro del todo inesperado.
La Asociación Escéptica de Chile (AECH) envió una carta al rector de la Universidad del Mar, consultando por la razón del ya mencionado apoyo. La puede leer íntegra aquí, pero destaco este trozo, que a mi juicio encierra lo medular: "Si bien toda idea tiene derecho a ser expresada, no toda idea califica con igual calidad argumental como para  ser expuesta indiscriminadamente con un aval académico. Justamente sobre la calidad de ese filtro es que se construye el prestigio de una institución académica y la confianza que la sociedad pueda depositar en ella". La curiosa respuesta del Vicerrector de la universidad no atiende a estos planteamientos sino que usa un conjunto de citas célebres (algunas equivocadas en su trasfondo) para defender lo que considera la libertad de expresión de los pseudocientíficos. En serio, eso dice; léala, está publicada aquí. AECH envió una nueva carta aclarando el cuestionamiento inicial, que no había tenido nada que ver con un tema de libertad de expresión (¿o es que acaso Salfate no ha tenido ni un poquito de espacio al aire en TV? :-) ). La respuesta final del Vicerrector se la copio casi íntegra: "La verdad es que el verano está hermoso en sus tardes de puesta de sol y colores. Vaya a la costa, mire el mar y tome un descanso científico. Podrá apreciar el planeta y la maravilla de estar vivo para verlo, sentirlo y pensarlo" (texto completo aquí). Básicamente nos está diciendo que no nos preocupemos. Da lo mismo, el tema no le interesa a nadie. ¿Tiene razón?
En España existe un blog llamado "La Lista de la Vergüenza". Éste recopila todos aquellos casos en que una universidad española ha abierto sus puertas a la difusión de pseudociencias (si no tienes familiaridad con el concepto, lee antes este otro post), dando un respaldo institucional a su enseñanza en los programas de estudios de las carreras que imparten. En España hay alrededor de 74 universidades, por lo cual que en la lista citada aparezcan 23 de ellas es un fenómeno alarmante. Por favor deme dos párrafos para explicarle por qué.
El conocimiento humano es tan vasto que ni usted ni yo ni nadie tiene tiempo (e inteligencia y memoria) como para ser un experto en todo. Por mucho que nos esforcemos, en algún punto no nos quedará sino confiar en que otro ser humano tiene buenos fundamentos para decir lo que dice y tomar las decisiones que toma. Usted cruza el puente confiando en que el ingeniero que lo diseñó tuvo una buena formación en mecánica de suelos y resistencia de materiales y estructuras. Usted llega a la sala de urgencias confiando en que el médico que atenderá a su hijo tuvo una buena formación en los tratamientos apropiados para salvar la vida de alguien en estado crítico. Usted no pide ver diplomas, sino que confía. Esa confianza se justifica en que sabemos que quien llega a tener un puesto de trabajo profesional es sometido a un proceso de selección, y que en esa selección un requisito básico es contar con un título universitario. A su vez ese requisito lo que hace es delegar en las universidades la responsabilidad de velar porque el profesional realmente sepa lo necesario para hacer su trabajo. Esto nos lleva a que si una universidad enseña algo falso, eso genera un efecto dominó que puede culminar en un puente que se cae o en un paciente muerto. No obstante, en general confiamos en que las universidades hacen bien su trabajo y que los puentes caídos y los pacientes muertos se deben a un individuo, es decir, a un ingeniero o médico negligente, pero no a universidad que dé una mala formación.
En el caso de las universidades españolas que están en "La Lista de la Vergüenza" la confianza anterior puede ser injustificada. Un médico que salga de una universidad en que erroneamente se enseñe la homeopatía como una técnica médica efectiva (como hemos explicado en otro post) puede que en un momento crítico tome la decisión equivocada y deje morir injustificadamente a un paciente. ¿Le daría lo mismo que su hijo muriera de ese modo? ¿Y en ese caso no sería la universidad la responsable final pues se habría empecinado en enseñar a sus egresados algo falso, a pesar de la abundante evidencia que demuestra la inefectividad de la técnica? Espero que esto le deje clara la importancia del tema. Una cosa es tener curanderos free-lance que ofrezcan sanarnos con magia; otra cosa distinta es tener profesionales universitarios que honestamente crean que eso es lo mejor que pueden hacer por nosotros. Y, redoble de tambores, si usted pensó dos párrafos más atrás que esto era al fin y al cabo un problema de España, lo invito a conocer la "Lista de la Vergüenza" chilena que está compilando AECH.
¿Cómo ocurre que a una institución académica con altos estándares de calidad de pronto la vemos enseñando materias que no tienen una validación creíble? El problema precisamente es que no es algo que pase de pronto. Si pasara de la noche a la mañana lo notaríamos y sería un escándalo. En la práctica el cambio es tan gradual que puede pasársenos desapercibido, y justamente comienza con pequeñas aventuras conjuntas entre universidades y charlatanes, que algún administrativo puede considerar que son simplemente un buen negocio, pero que a la larga echan por tierra el sentido mismo de confiar en la actividad de las universidades. Por eso el caso de la Universidad del Mar es inquietante. Me he dado el tiempo de ir a actividades de charlatanes en otras universidades, pero siempre han sido casos en que la universidad afirma sólo haber arrendado el espacio. Pienso que son malas decisiones, pues los charlatanes luego alardean de haber hecho "clases en la universidad"... pero al fin y al cabo las universidades se defienden diciendo que no hubo un apoyo institucional y que sólo fue un arriendo comercial del espacio. El caso de la Universidad del Mar es distinto pues su logo fue ofrecido a sabiendas, como conclusión de un involucramiento entusiasta que ha sido defendido desde el más alto nivel de sus autoridades. Como son estas autoridades quienes definen las políticas de la casa de estudios, es preocupante que piensen del modo que lo hacen, pues hay un trecho muy pequeño que recorrer hasta llegar a una situación en que, en aras de un pluralismo malentendido, nos encontremos pseudociencias y charlatanería infiltrando a los programas de estudios. Ojalá no ocurra.
¿Qué podemos hacer nosotros ante estas situaciones? Si el tema le inquieta, lo primero que le sugiero hacer es plantear el tema ante las autoridades universitarias, pues muchas veces ellas no están al tanto de lo que ocurre y puede ser que al hacerles notar el problema la solución no tarde en llegar. Si esto no sirve, entonces son los usuarios de las universidades quienes deben discriminar con más dureza la oferta formal e informal de actividades universitarias, todo lo cual forma el conjunto de la experiencia de estudiar allí. Los padres e hijos que se endeudan por quién sabe cuántos años para pagar un arancel son quienes llevan a cabo el máximo acto de confianza en la institución que eligen, pues creen que es una formación que vale la pena los años de deuda. ¿La vale? El consejo es obvio: Vea en qué se está metiendo, pues es un compromiso largo que seguramente usted no va a querer lamentar si varios años más tarde se da cuenta de que la instrucción recibida es algo que cuando se matriculó ya era obsoleto y nadie se lo dijo. Y a nuestros jóvenes: Trabajar no se trata sólo de recibir un sueldo a fin de mes, sino que debemos tener siempre presente que estamos afectando vidas con cada decisión que tomamos. Una carrera basada en ideas pseudocientíficas puede ser un buen negocio por un tiempo, pero ¿es sólo hacer negocio lo que nos importa al momento de aprender una profesión? ¿O queremos realmente solucionar los problemas que esa profesión tiene como misión resolver?

---------- Mensaje reenviado ----------
De: Jorge Chirinos <jchirinosmd@yahoo.es>
Fecha: 5 de marzo de 2011 04:23
Asunto: [SALUD_LORETO] Universidades de la vergüenza. ¿Estudias en una de ellas?
Para: Salud Loreto LA FIRME <salud_loreto@yahoogroups.com>


 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario